Desde mi perspectiva.
- Claudia Yanes
- Oct 31, 2018
- 5 min read
“...Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir la caravana en harapos de todos los pobres...”
Silvio Rodríguez
Admito que agrede mi aceptación social la generalización de un tema, sobre todo cuando no estoy siendo quizás justa con algunos sectores de la población.
No generalizare, pero defiendo el derecho del cronista de acatarme al concepto de escribir lo que me dé mi real gana y publicarlo en mi página personal de Facebook, teniendo en cuenta que la verdad jamás es absoluta y que ni el más hermoso y bien escrito de los libros es leído y vitoreado por la totalidad de la humanidad, siempre hay galardones por un lado y críticas por otro e incluso, abstenciones, válidas también.
Habiendo aclarado estos primeros y necesarios puntos, me dispongo a hablar desde la perspectiva de ¨nosotros¨, nosotros los que vinimos de Cuba cruzando fronteras con solo una mochila al hombro, nosotros los que por casi un año dormimos en el piso de un pequeño apartamento y comíamos bien, solo cuando llegaban los Food Stamps, nosotros los que tratamos de colorear de romance un terrible aguacero mientras esperábamos un bus fantasma a la salida del Children and Family...nosotros sí, los de a pie, la clase media baja que salió de “aquel lugar” buscando un sueño y aún estamos tropezando con diez mil ojeras y unos cuantos millones de insomnios. Nosotros, a los que se nos han ido tres y más años yendo del trabajo a la casa sin mucho más que contar, reuniendo el poco dinero que ganamos para mandar a nuestra familia en cuba y para pagar aquí las cuentas que materializan la utopía de alguna vez poder probar el pan de ajo de Publix.
Mi visión de la vida jamás será la misma de alguien que gana el doble de lo que gasta y puede planear su mes, sus vacaciones y de qué manera irá conociendo el mundo, de esas personas que una vez a la semana degustan con amigos un nuevo manjar en un restaurante diferente. Aún eso es imposible para mí y lo será por siempre para muchos, lamentablemente el mundo está mal equilibrado.
Por eso mi criterio es personal e insobornable. Digo lo que pienso y hago lo que quiero, respeto el juicio ajeno y con esa misma fuerza defiendo la dicha de poder saber cómo enlazar palabras para defender a su vez, el mío.
Hace 3 años estuve un día en México, mi mamá y mi papá me esperaban en las afueras del Benito Juárez y yo ilusionada aguardaba el abrazo de los que no había visto en más de un año. De las filas de llegada de mi vuelo Aeroméxico un agente de la aduana me llamo y me llevo a un cuarto, permanecí sin comida ni agua en más de 12 horas, sin acceso a teléfono para decirle a mis familiares que estaba pasando y de donde solo salí al día siguiente con destino nuevamente a Cuba. Pérdida de dinero, de tiempo y de integridad mental, Actualmente no tengo explicación para esa aberración cometida por esos agentes del aeropuerto mexicano, simplemente así sucedió. Muchas de las mejores personas que conozco nacieron en ese país, su comida es patrimonio de la humanidad y su cultura una delicia incuestionable. Pero, y así de relativo es todo, debido a mi experiencia ese el último destino turístico sobre la faz de la tierra.
Luego de salir del lugar donde nací, mi segundo hogar por 3 años fue Miami. Lamentablemente he dejado atrás las hermosas luces que tiene su downtown, el muñequito danzante del Icon, la extraordinaria historia del Vizcaya y aquella panorámica del Bayside nocturno desde un yate...la balanza se equilibró en sentido negativo y me aleje.
Debido a mi trabajo tuve que mezclarme mucho con la clase media baja de la sociedad y gracias a eso hice absoluto rechazo a la tendencia social imperante. Sigo (y seguiré) sin entender por qué la mayoría de las personas prefieren hacer caso omiso a un “buenos días”, un gracias” o un “por favor”.
Nunca entendí por qué en Versalles algunas de las personas se reunían a hablar temas que desconocían por completo solo por ¿diversión?, ni por qué tanto odio arraigado en jóvenes que ni siquiera saben lo que significa acostarse con hambre defendiendo un ideal que nunca llego a ser realidad.
Nunca entendí por qué tanta agresividad, tanta inconformidad. A veces pienso que la mayoría de los emigrados que terminan viviendo allí venían detrás de un famoso y muy antiguo “Sueño Americano” pero no se dieron cuenta antes de que para cumplir un sueño primero hacen falta cinco desvelos. Ciertamente “La posibilidad de realizar un sueño torna la vida interesante” pero también es importante saber que lleva brío y abnegación, creo que muchos se frustraron al darse cuenta de que en efecto no había oro en cada esquina.
También una vez levante mi vista en un grupo y estaban todos testeando en el celular, juntos pero ausentes. Por suerte la tecnología y sus atractivos no lograron que yo recorriera el camino a la incomunicación.
¡¡¡¡¡El gran país del mercado!!!!! Compra y venta es la base de todo. Te construyen un carro de plástico y si te roza una hoja tienes que cambiar el bumper y el foco, ahhhh y se abolló el tanque del agua, ¡300$ más! ¡Y fue una hoja! ¡Al menos podrás hacer el cuento!!!!! Así mismo pasa con la comida, si existe un lugar con una maravillosa variedad de alimentos de todas partes del mundo es Miami, emigrantes de los seis continentes han traído sus recetas y establecido sus negocios, sin embargo, se vive tan apurado y todo es en extremo tan caro que terminas comprando Fast Food y dejando que la vida se disipe detrás de una hamburguesa de procedencia dudosa. Te acostumbras, si, con el tiempo hasta te olvidas de cómo sabía un mango y llegas a disfrutar una banana.
¡A veces, ciertas cosas se tornan ridículas...he escuchado diagnosticar niños con déficit de atención!!!! De donde vengo muchas de esas “enfermedades” se curaban con un padre jugando al “cogío” en la lluvia con los hijos o con un chancletazo oportuno. ¿Déficit de atención? ¡¡¡¡Quítale el tablet, quítale el celular!!!! Juega en el piso, enséñale libros de animales y muéstrale las historias de Disney (Walt Disney, ese señor creo la industria del entretenimiento más grande de la historia de la humanidad para que hoy los niños vean a Bob Esponja e intenten, solos, aprender a hablar con sonidos guturales y enseñanzas mediocres.) ¿Déficit de atención? sí!!! de los padres!!!! Ciertamente para cambiar el mundo hay que comenzar cambiando al ser humano...
Necesito reiterar la afirmación de que no estoy haciendo una crítica a una ciudad en específico, más bien estoy analizando desde mi perspectiva personal una realidad imperante en la actualidad y emitiendo una crítica social basada en el lugar donde viví y las situaciones que perturbaron mi ecuanimidad. Pues sí, rechazo en lo que se está convirtiendo la sociedad, la cual paga más por un concierto de Reguetón y una cirugía plástica que por un buen libro o un viaje a un lugar desconocido donde alguna historia antigua aguarde.
Hay cosas que jamás lograré entender y no puedo más que rechazar, hacerlo diferente con los míos es mi rebelión...no puedo, no quiero, no dejare jamás que esté siglo XXI me arrastre lejos de lo que mis abuelos me enseñaron, prefiero el campo, los animales, las estrellas. Son las mismas cuentas en todo el país, son los mismos problemas en todo el mundo. Prefiero entonces regresar a casa del trabajo diario y encontrar a mi familia sentada a la mesa, escuchar ladrar un perro y regar mis plantas, leer un buen libro antes de dormir y responder unos buenos días justo antes de emprender mi nueva faena.
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